Fernando
Soto Aparicio (Santa Rosa de Viterbo, Boyacá, 11 de octubre de 1933 -
Bogotá, 2 de mayo de 2016) fue un escritor, guionista y profesor
colombiano.
Fernando Soto Aparicio nació en Socha Boyacá
el 11 de octubre de 1933. Al mes de nacer su familia se trasladó a
Santa Rosa de Viterbo, donde pasaría su infancia. Estudio hasta cuarto
grado de primaria. Luego, siendo joven, se dedicó a la escritura. Tras
alguna estancia en el extranjero en misión diplomática, en 1960 se
estableció definitivamente en Santafé de Bogotá. Además de su ingente
producción literaria, cultivó el periodismo, publicando artículos de
opinión en los principales rotativos colombianos, y escribió numerosos
guiones para la televisión. Fue profesor de la Universidad Militar Nueva Granada en Bogotá.
La extensa obra de Fernando Soto Aparicio cubre los más variados
géneros, aunque se focaliza fundamentalmente en la narrativa y la
poesía. Sus temas habituales se relacionan con los conflictos históricos
y sociales que arrastra Colombia; sus obras, en una línea realista,
denuncian implícitamente la violencia, la injusticia y las desigualdades
sociales. La novela La rebelión de las ratas (1962), con la que
obtuvo el premio Selecciones Lengua Española, supuso su consagración
como escritor. Previamente había publicado Los bienaventurados (1960), y la lista de sus relatos creció incansablemente en los años siguientes: Mientras llueve (1966), Viajes al pasado (1970), Mundo roto (1973) y muchos títulos más. En novelas como La rebelión de las ratas
pueden apreciarse las líneas de fuerza de su narrativa. El
protagonista, un campesino llamado Rudecindo Cristancho, llega con su
familia a la población de Timbalí con la esperanza de hallar un empleo y
una vida mejor. Sin recurso alguno, la familia se instala en un
basurero y Rudecindo logra ser contratado en una mina de carbón, donde
padece la explotación y las miserables condiciones de trabajo. El
intento de formar un sindicato desemboca en una rebelión y en el final
trágico del protagonista. Se trata de un implacable relato testimonial,
cargado de dureza, sobre las ínfimas condiciones de vida de las clases
pobres. Su producción lírica corrió paralela a la narrativa, si bien se
inició antes: de 1953 data su poema Oración personal a Jesucristo. Algunos de sus poemarios son Diámetro del corazón (1964), Motivos para Mariángela (1966), Palabras a una muchacha (1968), Sonetos con forma de mujer (1976), La paz sea con nosotros (1986), Pasos en tierra (1984) y Carta de bienvenida a la paz (1989).
En su obra poética, concebida con una función social, el autor vierte,
en un estilo elaborado pero fluido, tanto su angustia personal como las
incertidumbres y zozobras de su circunstancia histórica concreta. Soto
Aparicio es autor además de algunas obras destinadas al público
infantil, como El color del viento, Guacas y guacamayas y Lunes.
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